Los cenotes de Yucatán, una entrada a las maravillas del otro mundo

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MÉRIDA.- En Yucatán abundan los pozos de agua dulce creados por la erosión de piedra caliza, suave y porosa. Para el mundo maya fuentes de vida que proporcionan un líquido vital, además de ser una entrada a las maravillas del otro mundo y el centro de comunión de los dioses. Un cenote (del maya dzonoot: ‘hoyo con agua’) es una dolina inundada de origen kárstico.

Existen varios tipos de cenotes: a cielo abierto, semi abiertos y subterráneos o en gruta. Esta clasificación está directamente relacionada con la edad del cenote, siendo los cenotes maduros aquellos que se encuentran completamente abiertos y los más jóvenes los que todavía conservan su cúpula intacta.

La espeleología ha demostrado que en la península de Yucatán la existencia de interconexiones entre los cenotes y entre éstos y el mar, evidenciando un verdadero sistema de escurrimiento subterráneo.

El municipio de Cuzamá es famoso en la región por sus cenotes y la peculiar forma de visitarlos. Ya que el recorrido por los distintos cenotes se realiza en “trucks”, que son pequeños carros jalados por caballos a través de siete kilómetros en caminos llenos de maleza, agregando un increíble sabor de aventura.

Los principales cenotes en esta zona son: CHELENTÚN, CHAK-ZINIK-CHE y BOLOM-CHOJOL.

Otro majestuoso cenote es el de Sambula, que se encuentra ubicado en el pequeño poblado de Pebá, en Abalá; es un hermoso cenote subterráneo que cuenta con mucha magia. Para llegar hay que tomar un camino de terracería, después de recorrer aproximadamente 200 metros donde se verá la entrada muy bien señalada.

La cuota para acceder es de $10 pesos. Para que sus pobladores se encarguen de mantenerlo limpio y accesible para sus visitantes.

En la Península de Yucatán abundan los cenotes y es una de las experiencias más emocionantes, que sólo se puede disfrutarse en esta parte del mundo.

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