PROGRESO.— Los retenes con alcoholímetro que la Policía Municipal instala los fines de semana en la salida de esta ciudad y en la glorieta de Chelem-Yucalpetén ya se convirtieron en bases de taxistas de este puerto y hasta de Mérida y plataformas digitales que ahora consiguen clientes en esos lugares.
Los choferes ofrecen a los guiadores que no aprobaron la prueba de alcohol llevarlos al edificio de la Policía para que paguen la multa.
Los trabajadores del volante se estacionan junto a los retenes y esperan a que algún conductor no pase el alcoholímetro para ofrecerle llevarlo a pagar la multa, ya que los policías no permiten que siga manejando su vehículo la persona que en la prueba salió como intoxicada con alcohol.
En la mesa que los oficiales instalan cerca del retén, los oficiales expiden la boleta de la multa y hasta le dicen al infractor que hay taxis disponibles para que los lleven al edificio policíaco a pagar la multa.
Varios taxistas dijeron que cobran $300 por el servicio que prestan a cada conductor que no aprueba el alcoholímetro, pues lo llevan, esperan que paguen la sanción y lo trasladan al retén.
Añadieron que es un precio justo porque el viaje es de ida y vuelta.
Asimismo, se observó que taxistas de la CTM, quienes conducen autos de color blanco, y de Ecotaxis, con autos de color azul, se estacionan en los dos retenes con alcoholímetro.
Es un buen negocio porque son la única opción que tienen los conductores para ir de inmediato a pagar la multa y recuperar su vehículo, porque, de lo contrario, una grúa lo lleva al corralón municipal y el pago aumenta por día que pasa en el depósito.
A ambos retenes también llegan taxímetros de Mérida, quienes esperan su turno para llevar a los conductores multados, y taxistas de plataforma digital que pasan igual ofrecen sus servicios.
De cada uno de los retenes mencionados al edificio de la Policía hay unos cinco kilómetros, así que el servicio de ida y vuelta es de 10 km.
Fuente: Diario de Yucatán